Las Herencias De Este Mundo

Por: Ricardo Darcourt
Las herencias de este mundo… no siempre son las herencias que producen libertad espiritual
Todo ser humano nace en un determinado país o lugar de la tierra y es “formado” por el entorno donde ha pasado la mayor parte de su educación y formación desde niño. En la Palabra de Dios se nos hace ver que a estos lugares y países se les llama “los reinos del mundo”.
Las herencias tradicionales y ancestrales de estas culturas, muchas veces son cárceles espirituales donde la gente vive de acuerdo a lo que le llaman herencias culturales.

El Reino de Dios posee una cultura propia y diferente de toda otra cultura terrenal.
Las culturas de los pueblos se traducen en costumbres, pensamientos y tradiciones heredadas de ancestros que estuvieron equivocados, adorando y sirviendo a dioses ajenos (demonios)

Se puede ver con toda claridad que en medio de todas y cada una de estas culturas, la religión protagoniza en medio de ellas. Claro está que las diferentes formas de culto adoración y servicio a los llamados dioses de los pueblos se caracterizan por estar ligadas a ritos extraños y algunas veces mezclando el fetichismo con la superstición, la brujería con la adivinación y muchas otras costumbres, reiteramos, extrañas y a las claras idolátricas.

Dios está revelando por medio de su Palabra  la verdad, la verdadera forma en la que el hombre le puede y debe servir, adorarle, alabarle y amarle.

Lo Santo Y Lo Profano
En las Escrituras se nos enseña que existen dos fuentes de inspiración para toda acción y forma de hacer las cosas, lo santo y lo profano o mundano. Dios, instruye a su pueblo para que sepa ver la diferencia entre estas dos. Todo lo ajeno que no tenga procedencia del reino de Dios es profano, es mundano, es ajeno a lo santo.

En los días antiguos las naciones se caracterizaban por ser carentes de una sana y santa comunión con el Creador; ya sabemos que fue a cusa de la separación que se dio entre el hombre creado y su Creador al establecer por medio de la aceptación de la mentira de la serpiente engañadora. Una mentira como si esta fuera verdad.

Lo santo de Dios era la señalización de no comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, lo profano de la serpiente fue decir que no morirían al ir en contra del mandamiento verdadero de Dios. El hombre experimenta la caída y la total desaprobación de Dios a dar por válido lo que era a las claras solo engaño y maldad ya que todo lo que procede de la serpiente engañadora es solo eso. La mentira y el error son quienes dan a luz lo profano.

Cuando Caín y Abel ofrecieron un sacrificio a Dios, solo una ofrenda fue aceptada y la otra rechazada a pesar de ser una ofrenda de los mejores frutos de la tierra. La realidad espiritual se hace claramente visible en este hecho, Abel representa al adorador que hace según la exacta voluntad del Creador y que ofrece exactamente lo único que Dios recibe como ofrenda. Abel ofreció aquello que representaba al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, de ahí que su ofrenda fue aceptada, en cambio Caín, ofreció lo mejor de la tierra, claro que para algunos que ignoran que Dios no recibe nada que no sea acepto en su presencia y solo lo acepto es su Cordero, pueden pensar: ¿y dónde estaba el error de Caín? A mas que la ofrenda de la tierra por muy preciada o hermosa que esta se vea, no corresponde a lo requerido por Dios, ya que la tierra representa, a lo que procede del polvo, a las obras del hombre natural, a la carne, la cual no puede agradar a Dios, porque lo que la naturaleza humana ofrece, jamás tendrá la santidad adecuada, porque la carne se jacta toda vez que hace una buena obra y busca recompensas, halagos, reconocimientos y engrandecimientos cuando ofrece sus dones, por esto y porque Dios solo acepta lo santo, el cual es su Cordero representado en la ofrenda de Abel, es que la ofrenda profana de Caín no fue recibida.

Por lo anterior es que hacemos énfasis de cuán importante es saber discernir entre lo santo y lo profano para no hacer mezclas raras ni peligrosas en esta nuestra nueva vida en Cristo, para no ser hallados faltos y sin peso, cuando el Señor se manifieste en su venida y tengamos que retroceder avergonzados, de no habernos limpiado de las contaminaciones de la carne o de espíritus engañadores.

Las Naciones Todas Están Llenas De Costumbres Profanas Llamándole A Lo Malo Bueno Y A Lo Bueno Malo
Es muy fácil pasar una mirada por las diferentes religiones ancestrales de todo el mundo sea en cualquiera de los cinco continentes; en todo lugar, se hallan vestigios de sangrientos sacrificios humanos, rituales odiosos de sacrificios de niños, de mujeres, o de hombres dedicados a los dioses, para apaciguar su iras o enojos o para que estos envíen su bendición sobre la tierra o sobre el ganado para aumentar las riquezas.
Adoración a los elementos, adoración a las criaturas, adoración a los espíritus inspiradores de toda maldad y orgía sexual. Adoración falsa que en la actualidad se ha mezclado con la verdadera adoración, llenando de profanidad lo que debiera ser solo santo.

En el Perú en la serranía existen pueblos que se dicen ser cristianos donde se celebran las llamadas fiestas patronales, fiestas que terminan en horribles borracheras, disipación, donde la idolatría es el elemento predominante aunque se tilden de cristianismo.

Cabe señalar que en el mundo todo está bajo el poder del maligno, que su sistema mundano por muy hermoso que parezca, por muy refulgente que se vea, solo es fuente de pecaminosidad y profanidad.

La Palabra de Dios dice que el mundo todo se halla bajo el poder del engañador, de ahí que la gran mayoría no tiene conciencia de muchas de estas prácticas paganas de pecado y lo aceptan como si fueran cosas buenas.

En este mundo solo existen dos reinos, el reino de la luz y el de las tinieblas, lo que no es luz, definitivamente no será otra cosa sino mas que tinieblas.

Cuando se toman verdades santas y se mezclan con parte de las cosas mundanas, se producirá lo que se llama el leudamiento, la mixtura, o el adulterio espiritual.

Existen costumbres, formas de pensamiento, creencias, estilos de vida, razonamientos, conocimientos, tradiciones, celebraciones, bailes, melodías, cantos y música puramente profana, que son introducidas dentro de las congregaciones, debido al poco discernimiento, y a la poca sensibilidad espiritual de algunos líderes y de muchos congregantes que aceptan estas cosas como razonables y hasta en su miopía las ven como buenas, pero que delante de la luz son claramente vistas como cosas del mundo, de la carne y del reino de las tinieblas.

El hombre de continuo gusta de hacer mezclas, es decir no separa lo santo de lo profano, antes bien hace mezclas que convierten a lo mezclado, en una extraña forma de servicio a Dios.

Por poner ejemplos, un hombre llamado Saulo de Tarso, estaba lleno de costumbres y enseñanzas religiosas de su pueblo los judíos. Este, lleno del fervor que mueve los corazones de los seres humanos por creencias y religiones, mataba a los creyentes en el Mesías príncipe el cual es Jesús el Cristo, quien es la verdad revelada, hasta que un día Jesús mismo se le reveló en el camino a Damasco y le hace ver el error de su fanatismo religioso y del gran bagaje de justicia propia que él había desarrollado en su malentendida forma tradicional religiosa en la que había sido educado. Saulo fue educado por un grupo de religiosos llamados los fariseos, a los cuales Jesús el Mesías príncipe, exhortó duramente en los días de su ministerio, llamándolos, fariseos hipócritas, fariseos ciegos, fariseos llenos de huesos de muertos y de toda hediondez.
Saulo se da cuenta de quién era Jesús y decide seguirle en medio de la dirección de Dios que lo hace luego un equilibrado edificador de las cosas del reino de Dios en Cristo Jesús.

Saulo que luego es el Apóstol Pablo tuvo una ardua labor en su apostolado, él tuvo que sentar las bases, y edificar sobre estas, el verdadero evangelio del Señor Jesús el Cristo, y su evangelización era siempre sujeta a la dirección del Espíritu Santo que lo instruía y lo llevaba a edificar sobre lo santo y no sobre lo profano.

Él escribió a los Gálatas y los reprendió duramente para que no se dejaran leudar por los judaizantes de la época. Reprendió a Pedro para que no participase en la hipocresía de los judaizantes, que querían obligar a guardar la ley junto con el creer en Cristo, lo cual es una abierta oposición a la gracia divina, que nos otorga la salvación por medio de Jesús el Cristo y no por las obras de la ley, para que nadie se glorié.


Todas las cartas apostólicas de Pablo apóstol, están llenas de sabias direcciones en lo tocante a la santidad y a la necesidad de no mezclarse con las cosas de este mundo, él hablo de la ciudadanía celestial, de que no somos de este mundo, de que ya no hay judío ni griego en Cristo,  sino un nuevo hombre, un nuevo reino en 
Cristo, donde ya no hay mas judío, ni griego, siervo o esclavo, hombre o mujer, sino una nueva creación a semejanza de Jesús el Cristo, quien nos hace aceptos en su persona para recibir las cosas de arriba, ya que los que hemos recibido al Salvador, somos ciudadanos del reino de los cielos, despojándonos de toda cosa terrenal, tradiciones, familiaridades, fiestas religiosas, música ancestral, regional y de toda cultura de los reinos de este mundo.

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